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jueves, 21 de marzo de 2013

Carta abierta a un Pendejo de nombre YOSS (Jose Miguel Sanchez ) sin acentos

Por Manuel Fernández Manero

Pensé comenzar con al clásico Estimado, pero acabo de leer tu infamia y no te estimo en absoluto, no caeré en la bajeza que acabas de cometer llamando a Santiesteban “amigo, hermanito”. Ya desde el inicio tu opúsculo rezuma hipocresía. No te conozco, no he leído esa veintena de libros que apunta tu biografía. Tampoco, sinceramente, tengo tiempo para detenerme en literatura menor.


Basta leer tu “puñalada trapera” (dicho en buen cubano, conste que soy español, “gallego” como se dice allí, pero conozco a Cuba en profundidad) para comprender que eres un cobarde (pendejo, cubanamente hablando) porque lo que acabas de hacer no se le hace a un amigo (ya sé que no es cierta tu amistad con Ángel) porque lo mejor que pudiste asumir, suponiendo que todo lo que dices sea cierto, es callar y ser, como mismo apuntas “amigo en las buenas y en las malas”. Cualquiera que sea la verdad: culpable o inocente, debiste ser leal, callarte como hacen otros que mencionas: Heras León y Sacha que, suponiendo que asumen la culpabilidad de Ángel, se han mantenido en silencio. Algo que, dicho sea de paso y conociendo que todo es una campaña para silenciar a Santiesteban (ellos lo saben), se vuelve en su contra. Quiero asumir que eres un vejestorio infantiloide (veo tu foto de rockero desteñido) que sin ser verdaderamente amigo aprovecha la situación para ganarse un puntito o, quizá, lavar alguna caquita, una limpiecita ante el stableisment. Pero no te perdonarán, chaval, saben de tus masturbaciones en el Malecón y algunas otras suciedades (tengo una lista que me reservo). La vida te pasará factura. Ya comienza. No voy a hilvanar aquí un largo inventario de ejecuciones del voyuerista consumado que eres. No se trata de si Ángel es culpable o no, se trata de hombría, de lealtad, de no hacerle el juego a nadie, observa que digo a nadie, eso quiere decir ni a los unos ni a los otros, se trata de asumir la amistad con un par de cojones, subirse a un autobús e ir hasta la cárcel y decirle a Santiesteban, “te traigo este gofio porque soy tu amigo, pero te has comportado mal” o, de lo contrario, hacer lo mismo y decirle al amigo “sé que te han jodido, pero no tengo timbales y no quiero perder la próxima invitación a la feria de Baracoa”, aunque, sinceramente, no creo que tu amistad con él sea tan profunda y tus palabritas confianzudas te las dictaran en alguna oficina donde te cagaste de miedo y no tuviste cojones para resistir como hizo y sigue haciendo Ángel Santiesteban.
Pensé en escribir una respuesta extensa y hacer un poco de historia de tu persona y la de Ángel, establecer algunas comparaciones en varios sentidos para dejar claro quién es uno y otro, pero no quiero perder mi tiempo, no quiero que el café que voy a beber ahora mismo se me empaste en la garganta. Por cierto, ¿tienes familia en Madrid? En la esquina de casa “trabaja” un travesti que se te parece.

Manuel Fernández Manero

1 comentario:

  1. Es lo menos que se le puede decir a esta hiena sifilítica... ¡Gracias!

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