Mi nombre es Miguel
Veloz Vento, tengo 48 años, y soy vecino de calle A No. 108
e/Mahatan y Avenida de los Apóstoles, reparto Los Pinos, del municipio
Arroyo Naranjo, provincia La Habana, Cuba.
Quiero declarar las
arbitrariedades de las que he sido testigo y que se cometen con la anuencia de
las autoridades cubanas.
Hace 25 años que
vivo en las cárceles del sistema penitenciario cubano, por una sanción de 23
años con la rebaja de 768 días. Actualmente me encuentro recluido en la prisión
1580 del municipio San Miguel del Padrón de esta misma ciudad.
Fui encausado por
el Tribunal Municipal del Mariel, provincia Artemisa, a 4 años de privación de
libertad en un juicio amañado, como suelen decir los medios de difusión masiva
cubanos, de los cuatro presos que se encuentran en EEUU.
Me llevaron a
juicio sin ser instruido por la
policía. Es decir, se me hizo un juicio extra oficial. De
esto tiene conocimiento la
Fiscalía General de la República, ya que mi esposa mantiene
en su poder los comprobantes de las quejas que presentó, en reiteradas
ocasiones, en esta institución, antes y después del proceso.
El juicio se
celebró el día 14 de mayo, porque yo acusaba a un oficial corrupto, de la
policía del Mariel. Estando en el tribunal municipal veo llegar al oficial conduciendo
un vehículo policial, con la fiscal que me condenaría. Entraron a la oficina del Presidente del
Tribunal, donde permanecieron los tres por espacio de una hora. Cuando salieron
a la sala, el Juez no permitió bajo ningún concepto, que presentara el escrito
que llevaba sobre mi defensa.
Me designaron una
abogada de oficio en ese momento, que desconocía el caso, y aún así, viendo lo
desmedido del castigo que se me pedía, de 6 años de privación de libertad, sin
yo tener conocimiento, por lo que se me estaba juzgando allí, pidió seis meses
de encarcelamiento.
Al terminar la
intervención la abogada, coaccionada después de la solicitud que había hecho,
le dejó al tribunal que determinara por si solo.
Todo había sido
preparado por el Juez, la Fiscal y oficial de la policía. Solo la
abogada, ajena a lo que pasaba, había quedado impresionada, y con las manos
atadas sin poder hacer el uso correcto de la justicia.
Tanto el Juez como la Fiscal y el policía corrupto,
viven en un pueblo pequeño donde todos son vecinos o mantienen una amistad
personal, debiéndose favores unos a los otros. Favores de índole personal,
generalmente a consecuencia de gestiones “CORRUPTAS”.
Por esta razón me
declaré en huelga de hambre durante 23 días, estando en celda solitaria, antes
que se me llevase a tan injusto juicio.
Hoy nuevamente 14
de julio, me encuentro en total rechazo de alimentos, hasta que se haga
justicia, o moriré.
Deseo hacer esta
denuncia al mundo, para que conozcan que aquí si se violan los derechos
humanos.
A partir de este
instante me encuentro en huelga de hambre, y como no se me escuche, dejaré de
ingerir agua para morir, y que mi muerte sirva de ejemplo al mundo, de la
corrupción judicial y policial que imperan en Cuba.
De puño y letra,
Miguel Veloz Vento
Preso común
(Denuncia recibida por email. Difundir por favor.)
(Denuncia recibida por email. Difundir por favor.)
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