Cierto es que todos esperamos que los líderes mundiales traten a Raúl Castro como es debido de una buena vez. Pero visto lo visto, al menos celebramos el mal momento que le hizo pasar Angela Merkel cuando pasa a su lado ignorándolo y él se queda alelado. La situación despertó la risa de Porfirio Lobo y del mismo canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla.
Publicado por Montserrat Boix
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