Los cortes y espionaje masivo de los teléfonos
Por Jaime Leygonier/ Hablemos Press.
Se
 supone que el espionaje de las comunicaciones ocurra "según los 
requisitos que estipula la Ley", pero no hay más ley ni requisito que la
 voluntad de la autoridad policial; y el corte del servicio de teléfonos
 particulares y celulares ocurre totalmente al margen de la Ley.
 Desde
 hace décadas el paranoico Régimen espía las conversaciones telefónicas 
de multitud de personas ajenas a la oposición, emplea complejos 
programas de computación preparados para grabar según palabras claves y 
acopia tanta información que ni puede analizarla.
Sistema que aplica al restringido empleo de Internet.
Desde
 1960 en las plantas telefónicas existía "el cuartico" como llamaban los
 operarios al puesto de escucha y grabación policial, en los años 70 el 
gobierno adquirió descomunales computadoras para almacenar esa 
información y hoy, la computación facilita esa labor.
Es
 antiguo que familiares y amigos de disidentes que permiten a estos 
emplear sus teléfonos, sean amenazados por agentes de la Seguridad del 
Estado con quitarles la línea telefónica.
Hasta
 fecha reciente, toda carta proveniente del extranjero era entregada con
 el sobre roto "accidentalmente" debido a ese espionaje, y a la rapiña 
de empleados del correo central en busca de dinero, objetos de valor y 
cuchillas de afeitar ocultos en las cartas.
El
 corte del servicio telefónico es antiguo pero ocurre en forma masiva 
desde años recientes; lo efectúan en las plantas telefónicas mediante 
desconexión por computación, lo que en la vieja jerga laboral de los 
operarios telefónicos se llama "ponerle palo" al teléfono.
Cuando
 el cliente reporta el problema, la empleada de ETECSA, Empresa de 
Teléfonos y Correos, Sociedad Anónima, explica: "El teléfono está fuera 
de servicio, ya esta reportado y lo repararán lo antes posible".
El
 director de la agencia de prensa independiente Hablemos Press, Roberto 
de Jesús Guerra, comprobó que durante el corte del servicio a su 
teléfono cuando la muerte de la Dama de Blanco Laura Pollán y la visita 
del Papa a la Isla, las llamadas a su número telefónico eran redirigidas
 a un teléfono de la Seguridad del Estado.
Así
 que el corte de las líneas es "casual, accidental", como la rotura de 
los sobres de todas las cartas del extranjero, y como las muertes de 
Laura Pollán y del premio "Sajarov" Oswaldo Payá Sardiñas:
Muertes
 y sepelios que junto al 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, 
marcan masivas interrupciones de los servicios telefónicos a periodistas
 independientes y opositores. Con ilegalidad que involucra a extranjeros
 inversionistas en el monopolio de las comunicaciones de Cuba.
Publicado por Hablemos Press 
 


 
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