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jueves, 4 de octubre de 2012

#HayUnCamino El poder del régimen de Ahmadinejad es cada vez más fuerte en Venezuela, interviniendo en sus finanzas

La base de Irán en latinoamérica Irán maneja los bancos de Chávez 

El poder del régimen de Ahmadinejad es cada vez más fuerte en Venezuela, interviniendo en sus finanzas. Las elecciones del próximo domingo son claves para el futuro del país


En la imagen, un petrolero que Irán ha entregado a Venezuela
En la imagen, un petrolero que Irán ha entregado a Venezuela

Mahmud Ahmadinejad y Hugo Chávez durante una visita del líder iraní a Venezuela.  
Jana Beris - Jerusalén


Todo comenzó por afinidad ideológica. La declarada hostilidad del Presidente de Venezuela Hugo Chávez hacia Estados Unidos, despertó el interés en Teherán, donde el 3 de agosto del 2005 fue nombrado Presidente de la República Islámica Mahmud Ahmadinejad. Muy poco después, ya realizaba su primera visita a América Latina. La «alianza estratégica» entre ambos países, tal cual la presentaran las dos partes, se convirtió en la principal vía de Irán para evitar las sanciones que le fueron impuestas por su programa nuclear o mitigar al menos su efecto.

Pero ya antes de que Israel captara la dimensión del problema en Latinoamérica, hubo quien comenzó a descubrir lo que estaba sucediendo. Según la  investigación llevada a cabo desde Washington por el «think tank» American Enterprise Institute, lo que Irán ha ido logrando de forma muy sofisticada es una base de operaciones en territorio venezolano, en la que  actúa con plena libertad. Investigadores del mencionado centro sostienen que existe una amenaza directa a Estados Unidos basada en una red financiera, comercial, militar y terrorista que pone en peligro a los propios latinoamericanos.

Roger Noriega, ex embajador norteamericano en la OEA y hasta el 2005 asesor del Secretario de Estado para temas de América Latina, advierte desde hace años respecto a la penetración iraní en esta zona y dice a LA RAZÓN no tener dudas de que «las víctimas  serán latinoamericanas y hay que tomar conciencia al respecto». Para su compañero de trabajo Martín Rodil, nacido en Venezuela, la necesidad de alertar sobre lo que está ocurriendo en su país natal es casi un asunto personal. Abandonó su país a los 24 años cuando comprendió el rumbo que tomaría bajo Chávez. «Descubrimos lo que estaba pasando, casi por casualidad», dice Rodil. «A raíz de la investigación de una consultoría privada por un problema que un cliente tenía con alguien del sistema financiero venezolano, se descubrió la presencia iraní y operaciones financieras iraníes. A partir de allí se generó una investigación formal, que se convirtió hoy en el proyecto del American Enterprise Institute». Se tiró del hilo hasta comprobar que escondía una gran trama.

En aproximadamente cinco años y medio,  la balanza comercial entre Irán y Venezuela pasó de algo casi inexistente a un salto de  30.000 millones de dólares», cuenta Rodil. «Si anuncian una refinería y al final no construyen ni una farmacia, y el dinero pasa igual por las transacciones financieras, eso significa que el dinero se utiliza para otra cosa», añade.

Colaboración o quiebra
«Irán ha logrado construir una plataforma financiera en Venezuela, paralela  a la plataforma que existía en el país», sostiene Martín Rodil. «Crearon su propio sistema financiero dentro del sistema financiero venezolano. Ellos operan internamente con sus bancos y agencias de valores y cuando tienen el dinero estructurado, lo trasladan al sistema financiero venezolano, que tiene relación con el sistema financiero mundial, producto de la industria petrolera».

El ejemplo más  emblemático  de esa relación es el Banco Internacional de Desarrollo. En Venezuela se llama Banco Universal, que tiene licencia para operar con cualquier producto financiero. Sin embargo, el banco no tiene ni una sola agencia  que reciba dinero del público. Sólo capta dinero de las empresas iraníes que se han establecido en Venezuela. De esta manera, se ha convertido en un banco comercial iraní que es propiedad del banco Saderat de Irán, uno de los más grandes, propiedad del Estado y ahora sancionado. «El consejo está compuesta por doce personas. Los doce son iraníes, entre ellos el ex Presidente del Banco Central de Irán, que es el “chairman” del banco…», explica Rodil. El problema es que legalmente es un banco venezolano, por lo cual no le afectan las sanciones impuestas a Irán.

El papel del Gobierno es clave. Según los investigadores, banqueros venezolanos les han informado que cuando han rechazado transacciones financieras iraníes  el ejecutivo les ha chantajeado con retirar sus fondos, lo que les llevaría a la quiebra.

Extracción de uranio
Que Irán utiliza a Venezuela como base para fortalecer su plan nuclear –inclusive extrayendo uranio  de yacimientos que Chávez les ha concedido– es uno de los aspectos de la cooperación militar entre ambos países. La existencia de una base de misiles iraní en territorio venezolano es sólo un rumor extendido, pero faltan las pruebas. Rodil es cauteloso. «No tenemos el “smoking gun”», dice utilizando el término en inglés referente a la prueba indiscutible. Fotos de misiles, no tiene. Pero quiere aportar algunas cuestiones con mucha precisión:
1. La empresa Parchin Chemical Industries, ubicada en la ciudad de Venezuela, Morón, también se dedica en Irán a la producción de combustibles para el programa de misiles de Irán. En Venezuela, se dedica oficialmente a fabricar pólvora, aunque hasta ahora no ha producido un solo gramo, a pesar de que se terminó de construir hace un año.
2. Esa planta ha sido visitada por el director del programa de misiles iraní en tres ocasiones en los últimos tres años. También estuvo en la ciudad de Maracai, que es donde está la otra infraestructura de Cavim (Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares).
3. El jefe del programa de misiles estuvo acompañado por toda la plana mayor del programa, incluido el Ministro de Defensa de Irán. ¿Militares de tan alta graduación viajan a Venezuela por una fábrica de pólvora?
4. En el último viaje de Ahmadinejad a Venezuela  le acompañó el jefe del programa de satélites de Irán. Recordemos que los misiles son controlados por satélite.

Todos estos datos ya han sido presentados ante el Congreso de los Estados Unidos para ampliar la investigación, incluso se han abierto contactos directos con gobiernos latinoamericanos. El riesgo  de la presencia iraní es cada vez más real. Baste otro ejemplo para encender la luz roja: el plan de un tren cuyo trayecto pasa por cuatro zonas del país donde hay  presencia de Irán. Este ferrocarril parte del estado de Guarico, donde no vive nadie pero sí hay una base del ejército venezolano. La última estación está en un puerto en el norte del país que Chávez cedió a una empresa iraní propiedad de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Y, finalmente, está el papel directo de Irán en la red terrorista de Hezbolá en América Latina, que desde que cometió los atentados de 1992 y 1994 en Buenos Aires, no ha hecho más que estrechar su coordinación interna y su sofisticación.

«Cuando Irán y Hezbolá decidan que desean asestar un golpe a los intereses norteamericanos en América Latina, no tengo duda de que las víctimas serán latinoamericanas», advierte preocupado el embajador Noriega. «En Washington deben entenderlo y deben comprenderlo también los gobiernos latinoamericanos antes de que sea tarde».

Terminar con «el gorila rojo»
Fuentes de Inteligencia sostienen que el cáncer que padece Hugo Chávez es mucho más serio de lo que él dice y lo que la gente cree y que su fin podría estar no tan lejano. La gran pregunta es si acaso la infraestructura creada por Irán en Venezuela depende sólo de que Chávez esté en el poder. «Depende mucho de él», afirma Martín Rodil. «Estamos viendo una estrategia de Irán de aproximarse a otros países, pero yo creo difícil que vaya a encontrar en otros países de la región las mismas condiciones que encontró en Venezuela: un sistema financiero bastante grande como para poder hacer todo lo que ellos hacen, un Presidente entregado de forma completa y absoluta a los intereses iraníes y una sociedad que esté tan sometida como está la venezolana, que no tiene ninguna capacidad de para limitar o detener lo que Irán está haciendo en Venezuela», añade.
La conclusión es que si Chávez llega a desaparecer por su enfermedad, Irán tendría más desventajas en comparación con la situación que tiene ahora. Pero el investigador del American Enterprise Institute dice no creer que se podría dar marcha totalmente, aunque sí sería un serio revés para Irán. Y del lado iraní, no depende sólo del entusiasta empuje que le ha dado Ahmadinejad, que también podría desaparecer del mapa político iraní. «Ya es un asunto de Estado. Venezuela se ha convertido en algo clave para el Irán de los Ayatollas».

Publicado por La Razón

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