Nada soprende de lo que pueda hacer el régimen asesino de La Habana. Quizá pensar en una "trinidad" sea poco y a lo que apunta el G2 es a "5". ¿Cinco rehenes como moneda de cambio?
Lea el articulo de Armando Añel a continuación:
Ángel Carromero, Aron Modig, Alan Gross, ¿una Trinidad inminente?
Manifestantes en Estados Unidos piden la libertad de Alan Gross
¿Cómo puede justificar el régimen de Raúl Castro la retención
indefinida, y la incomunicación, de Jens Aron Modig y Ángel Carromero,
acompañantes europeos de Oswaldo Payá al momento de su muerte el pasado
22 de julio en el oriente de Cuba? El caso del español Carromero,
funcionalmente hablando, es quizá más fácil de enmarañar para la policía
política, toda vez que era el conductor del auto rentado. ¿Pero cómo
camuflar el secuestro de Aron Modig –ya lleva una semana incomunicado--,
quien según la propia versión oficial “dormía” al momento del impacto?
El castrismo sólo puede alargar indefinidamente la
incomunicación del sueco, incluso de los dos jóvenes, recurriendo a la
justificación preferida de 53 años de dictadura: Ambos serían agentes de
la CIA, o del “imperialismo”, o de la ultraderecha europea, etcétera,
que entraron a Cuba con el objetivo concreto de subvertir el orden
establecido, y eso se paga con un montón de años de cárcel. En la
tradición de Alan Gross y otros prisioneros históricos.
Así,
Carromero y Modig podrían correr la misma suerte del contratista
norteamericano, a quien en 2010 Ricardo Alarcón, presidente de la
caricaturesca “Asamblea Nacional del Poder Popular”, acusó de estar
“trabajando para los servicios de inteligencia de Estados Unidos”, y que
en 2011 fue condenado en La Habana bajo la acusación de haber actuado
“contra la independencia y la integridad territorial del Estado”.
A
propósito de esta hipótesis, reproduzco el fragmento de un texto
publicado hoy en la web del canal castrochavista Telesur, y que
pareciera estar “preparando el terreno” para la formulación de falsos
cargos contra el sueco: “Partidario (se refiere a Modig) de una línea
política cercana al neofascismo, marcada por un anticomunismo primario,
esta estrella ascendente de la derecha sueca más recalcitrante ha
reclamado en múltiples oportunidades políticas estatales que llevarían a
la creación de un estado como el soñado por el ultraconservador Tea
Party americano, su ideal político”.
De cualquier manera la
actitud del gobierno cubano, a medida que pasan los días y la
incomunicación a la que han sido reducidos Modig y Carromero gana
cuerpo, se vuelve cada vez más sórdida. Incluso el mismísimo Elizardo
Sánchez Santacruz, que en principio avaló la versión castrista de un
accidente, ha reculado: “Solamente ellos (el español y el sueco) pueden
decir lo que ocurrió allí, (pero) sus declaraciones en Cuba en la manos
de la policía serían sesgadas”, dijo ayer. ¿Se convertirán ambos hombres
en los Alan Gross de Suecia y España respectivamente? Cualquiera sabe.
Publicado por NeoClubPress
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