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viernes, 3 de agosto de 2012

Centro de detención de 100 y Aldabó: "Allí llora Superman"

Donde llora Superman

Alejandro González Raga
Madrid

El centro de detenciones de 100 y Aldabó solo puede compararse con sus homólogos de la Stasi y el KGB.


Ángel Carromero en sus declaraciones públicas. (NOTICIASNAVARRAS.COM)

100 y Aldabó, como otros centros de detenciones del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), es un sitio concebido para reblandecer el carácter y ahuecar la moral. Estos cuarteles policiales solo se pueden comparar con los centros de Operaciones del Departamento de la Seguridad del Estado, homólogo de la Stasi y el KGB.
Lugares oscuros y estrechos, donde permanecen hacinados los detenidos todo el tiempo que las leyes cubanas deciden para ellos. Un periodo de instrucción puede llegar a alcanzar hasta seis meses y se pueden conceder otros seis meses más de prórroga, a lo que habría que agregar el principio rector de la justicia cubana que presupone que se es culpable hasta que no se demuestre lo contrario.
Los calabozos son agujeros que pueden variar en su tamaño, forma y número de detenidos, pero no en su esencia, que es producir el desconsuelo y experimentar la desgracia. Paredes con un revestimiento rústico que no te permiten apoyarte en ella sin que sientas sus afiladas protuberancias horadarte la piel.
El agua para beber, tan escasa como la luz o el aire fresco, debes recogerla del único lugar por donde corre permanentemente, que es un tubo a nivel del suelo que sirve para descargar el baño turco.
Álvaro Prendes, un curtido coronel de las fuerzas aéreas cubanas, con una importante participación en combate y tres años de cárcel en el Presidio Modelo de Isla de la Juventud, decía luego de un breve tránsito por 100 y Se Acabó (como también es conocido popularmente el centro): "Allí llora Superman".
Los que hayan vivido una experiencia de ese tipo comprenden en toda su magnitud las imágenes presentadas por las autoridades cubanas de Ángel Carromero, el joven que conducía el auto en que perdieran la vida Oswaldo Paya Sardiñas y Harold Cepero Escalante, así como las declaraciones de Jens Aron Modig. Seres a quienes solo la comprensión y el afecto devolverán el sosiego necesario para rehacer sus vidas.

Publicado por Diario de Cuba

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