Páginas

miércoles, 22 de agosto de 2012

#HayUnCamino Huber Matos: el exilio cubano y Hugo Chávez sostienen a la dictadura



Compatriotas: el exilio cubano es el principal soporte de la tiranía castrista.  Del exilio la dictadura recibe ingresos por cinco mil millones de dólares anuales.  Nadie pudo haber imaginado jamás semejante contrasentido. Que al final de medio siglo de lucha estuviéramos nosotros alimentando al régimen que ha sido el peor enemigo del pueblo cubano. 
Descansa esta afirmación en los datos aportados por el compatriota Roberto Álvarez Quiñones, quien en un artículo en Diario de Cuba, detalla cómo el exilio cubano beneficia al castrismo.  En remesas los exiliados envían y gastan en Cuba 2300 millones de dólares al año.  A esta cantidad hay que sumarle  2500 millones de dólares que se mandan en mercaderías a la isla.  Al resultado, que son 4800 millones de dólares, hay que sumar los gastos relacionados con trámites y otros rubros. El año pasado viajaron a Cuba 400,000 cubanos. En total cinco mil millones de dólares.
Álvarez Quiñones compara esta suma con lo que recibe el castrismo por el turismo y por la subvención chavista.  Afirma que el ingreso de los cubanos en el exterior es el más importante de todos.  Sin esta subvención de los exiliados el régimen estaría en lo más profundo del abismo, en la crisis final. Esta es la realidad y tenemos que enfrentarla. 
Hay que hacer algo porque en nuestras manos está tomar medidas que debiliten a la dictadura y faciliten el camino a la democracia.  La alternativa ideal es que los cubanos del exilio ayuden a quienes en nuestro país luchan por la libertad para que cuenten con los recursos suficientes para enfrentar al régimen.  La otra alternativa es que los políticos en los Estados Unidos que quieran apoyar la lucha por la democracia de Cuba estudien la posibilidad de establecer un impuesto a los viajes, las mercaderías y las remesas que benefician a la dictadura.
Un impuesto del cinco por ciento sobre el porcentaje de los cinco mil millones de dólares que pueda ser contabilizado y controlado podría representar hasta 200 millones de dólares anuales.  Los fondos que se obtengan de ese impuesto, o una suma equivalente,  se debe dedicar a ayudar a los cubanos que en la isla luchan por la libertad y la democracia. 
Como requisito para tener acceso a esos recursos las organizaciones deben formar un frente de unidad nacional, respetar ese acuerdo y cooperar unas con otras. Esos recursos serian destinados a quienes luchan en Cuba  No para que se utilicen en oficinas en Miami, ni en pagar salarios en Miami, ni en ningún otro lugar fuera de Cuba.  Sino para que apoyen al pueblo cubano y a la oposición en sus actividades a favor de la libertad, el progreso y el Estado de Derecho. 
Pretender que el pueblo cubano luche con las uñas contra una tiranía que no escatima en gastar lo que tenga que gastar en propaganda,  vigilancia y represión, es una expectativa injusta y  poco razonable. Las luchas por la libertad requieren hombres y mujeres dispuestos al sacrificio.  Los cubanos carecen de los medios para enfrentar a la dictadura y vencerla. 
En nuestro caso y en nuestras circunstancias necesitamos que el pueblo cubano sienta confianza en sí mismo y en su futuro.  Debemos convencer a quienes están en la nomenclatura que no deben  temer apoyar al pueblo en sus ansias de libertad.  Por estas razones hay que evitar la violencia.  La violencia juega a favor de la dictadura porque alimenta el temor, que es el que le sirve a la tiranía  como único y último elemento de cohesión.  Pero además, usar la violencia contra el castrismo es jugar en el campo donde es fuerte y nosotros somos débiles. 
Ahora más que nunca son necesarios recursos para enfrentar a un régimen que está dispuesto a luchar hasta el final porque teme y sabe que su fin puede estar cerca.  Pero nada está terminado hasta que concluye. No sigamos ilusionándonos con un levantamiento popular de un pueblo al que un exilio poderoso no le ha podido demostrar que el que lucha y se sacrifica por la libertad en Cuba tiene todo lo que necesita para ser efectivo.
La verdad es que los opositores en Cuba viven en la pobreza, viven desamparados. Son acosados por el régimen, son humillados y no tienen muchas veces ni medicinas ni comida para sus hijos. Quiero citar el caso aquí de Virgilio Mantilla Arango, el Coordinador del CID en la provincia de Camagüey. Un patriota carismático y sacrificado a quien el régimen le ha ofrecido hasta una pequeña finca para que se aparte de la oposición.   Virgilio lo ha rechazado, ha pasado años de absoluta necesidad por no dar la espalda a sus ideales. 
Respaldemos  a nuestro pueblo antes de exigirle.  Los cubanos del exilio  no podemos ser los  que con recursos sostenemos la dictadura en nuestro país. Por el contrario, seamos los garantes de  los medios que hagan falta para enfrentar al régimen.  Hagámoslo voluntariamente o respaldemos un impuesto dedicado a la lucha por la democracia. Brindemos apoyo económico a los valientes que reclaman el cambio desde el suelo patrio. 
        
 ¡El poder para el pueblo en alianza con los militares!
¡Patria, pueblo, pan y libertad!
Zapata vive, Laura Pollán vive, Oswaldo Payá vive, todos los mártires y héroes del pueblo cubano viven!  
¡Viva la Nueva República!
 
Publicado por CID

No hay comentarios:

Publicar un comentario