José
Meléndez, secretario de organización de Sutiss, planteó la discusión
del contrato colectivo de Sidor -que lleva 30 meses vencido-; denunció
la paralización de la construcción de la nueva planta de tubos y
solicitó que la antigua Tavsa retorne a la gerencia de la acería.
El vencimiento de las convenciones colectivas de las empresas básicas
se había convertido en el tema tabú durante la visita a Guayana del
Presidente de la República y candidato a la reelección.Dirigentes de Sutiss, luego de confesar su fidelidad política y respaldados por trabajadores molestos por la demora contractual, alteraron el guión de la firma del convenio Orinoco y otros anuncios de Estado en Caruachi para exponer la situación laboral de Sidor, la antigua Tavsa y del proyecto paralizado de otra fábrica de tubos sin costura.
Era ese momento o ningún otro. Los trabajadores tomaron la batuta del acto ante un contrariado Chávez que pudo ver las incongruencias y errores gerenciales de su gobierno en la zona del hierro. Dio luz verde a la negociación de los contratos colectivos -“pero tengan prudencia”, dijo- y señaló que no tiene problema para devolver la administración de Tavsa a Sidor, siempre y cuando se estableciera una alianza para fundar una empresa de tubos.
El tartamudeo de Gil Barrios
El nuevo presidente de Sidor, Rafael Gil Barrios, no supo responder
la interrogante del primer mandatario nacional sobre el significado de
la planta H y L III. Un trabajador tuvo que explicarlo ante el claro
desconocimiento del tema que mostró Gil Barrios. ?Firma del Convenio Orinoco. Comprende la unión de la Faja Petrolífera del Orinoco con la Faja Industrial Minera de Guayana, proyecto que se desarrollará entre Pdvsa y la CVG. ?Pdvsa gestionará un adelanto del capital necesario para que Sidor suministre el acero para la Faja Petrolífera. ?CVG debe tener al menos 10% de las acciones de Petro San Félix, empresa que se constituirá a partir de Petro Cedeño. |
Natalie García
Fotos William Urdaneta
Una falla en la planta eléctrica acabó con una particular alocución presidencial, realizada en el auditorio de la represa Francisco de Miranda (Caruachi), que tenía como propósito la firma del Convenio Orinoco.
La avería impidió seguir escuchando al primer mandatario Hugo Chávez, quien minutos antes había anunciado el inicio de la discusión de las contrataciones colectivas de las empresas básicas.
El candidato a la reelección acudió al acto con su estado mayor de gobierno, al que asistieron los presidentes de las empresas básicas, una selecta dirigencia gremial conformada principalmente por el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss), empleados de Sidor y Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
De Venalum y Alcasa fue muy limitada la representación. El filtro previo al evento político prometía una audiencia condescendiente con el primer mandatario, sin embargo los trabajadores cambiaron esta apreciación.
Pese a los intentos de Chávez por eludir la deuda contractual con los empleados de las estatales, los sidoristas y personal de Tubos de Acero de Venezuela (Tavsa) lo obligaron a dar una respuesta a punta de gritos que retumbaban en el auditorio a orillas del Caroní.
“Contrato, contrato”, vociferaban los siderúrgicos al tiempo que se turnaban los trabajadores de Tavsa exigiendo “pasemos a Sidor, pasemos a Sidor”. Aunque las consignas eran por todos sabidas, por un momento Chávez quiso ignorarlas.
Reivindicación siderúrgica
Fue José Meléndez, secretario de organización de Sutiss, el encargado de canalizar esos reclamos y pedir en un “tú a tú” con el “camarada” presidente una respuesta a las exigencias: contrato colectivo y regreso de Tavsa a Sidor.
La respuesta del presidente no fue inmediata. Tras la intervención de Meléndez recordó que él tomó la decisión de estatizar la siderúrgica, que luego de eso hubo un proceso de ajustes que requiere de “sabiduría y paciencia”.
Chávez, ya sin alternativas y presionado por la contundencia del reclamo, dijo “comiéncese a discutir las contrataciones colectivas en Guayana”, no sin antes advertir que “nadie puede pensar que la burguesía va a arreglar los problemas de los trabajadores”.
En medio de la euforia colectiva y la cara de asombro de los funcionarios que acompañaban al “comandante-presidente”, hizo una salvedad, “solo pido que se discuta con madurez y criterio de responsabilidad, no pensando solo en los intereses de los trabajadores. Teniendo en cuenta también el interés social, nacional y popular”.
Inmediatamente ordenó “ábrase el debate, nómbrese a los representantes y comiéncese a discutir”, tras dejar sentenciado el tema agregó que “nunca antes se habían aprobado contrataciones colectivas como en los últimos 10 años”.
Los gritos no se hicieron esperar y al ritmo de “uh, ah Chávez no se va” el Presidente manifestó que no tenía problemas en cumplir la segunda petición de los sidoristas, pasar a Tavsa a una gerencia de la acería para que esta no siga siendo dirigida por Pdvsa, siempre y cuando se cree una empresa conjunta entre Sidor y la petrolera.
Traspié ministerial
El Presidente interrogó al ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, del estatus de la construcción de la nueva fábrica de tubos. Al preguntar por el proyecto, los asistentes alzaron su voz, abucheando con fuerza.
Menéndez intentó remendar el capote afirmando que el 22 de marzo de este año fueron aprobados 170 millones de dólares y 413 millones de bolívares para la empresa.
Ante el cuestionamiento obrero Chávez preguntó “está activa la obra”, un largo ¡no! mascullado por los empleados dejó claro que esta se mantiene paralizada. La respuesta molestó al Presidente quien exigió “que no se retarde ni un día más”. Menéndez agregó que la construcción se reactivará el 31 de agosto.
José “Acarigua” Rodríguez, secretario de finanzas de Sutiss, tomó la palabra para ratificar lo dicho por Meléndez y manifestar el apoyo de los siderúrgicos al Gobierno nacional, condicionando esta lealtad a una compensación económica por el retraso en la discusión del contrato colectivo.
La contestación del Presidente fue puntual: “ustedes cuentan conmigo a la hora de hacer justicia… no sólo se trata de los intereses de los trabajadores… pido lealtad”, expresó.
El contrariado orador cambió de tema y empezó a cuestionar la actitud de los trabajadores con las contratas. “han visto ustedes una protesta contra las contratas, no, porque los botan, se los dejo de reflexión”.
Cuando el acto se tornaba interminable para el jefe de Estado y sus más íntimos colaboradores una falla técnica acabó con la cadena. ¿La razón? Una falla de sonido ocasionada por el daño de la planta eléctrica, paradójicamente dentro de una central hidroeléctrica, argumentó la televisora estatal.
Publicado por La Patilla
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