Un país acostumbrado a 14 años de cadenas presidenciales, un abuso que si se junta cada una de ellas nos arroja una cifra digna de Ripley’s: los venezolanos han soportado siete meses seguidos de cadenas de un caudillo cuya segunda vocación, después de beisbolista, fue la de animador de televisión y shows de plaza de pueblo.
En medio del deterioro de su imagen, no solo por el cáncer que lo consume lentamente, sino por el avance de un cansancio colectivo del país que ya está obstinado con su permanente pelea con todo el mundo que no le haga caso o lo siga, se topó con los trabajadores de las empresas nacionalizadas o controladas desde hace años por su gobierno en Guayana.
Ante las quejas, gritos, demandas y reivindicaciones que pedían los obreros de las empresas del hierro, el acero, la electricidad y otros rubros no le quedó sino cortar abruptamente la cadena con la excusa, primero que no se oía bien, y luego echándole la culpa a una falla eléctrica. Insólito estando la transmisión precisamente en la represa de Caruachi, caudal eléctrico de Venezuela.
Sabemos que tras la molestia, bravata y rabieta presidencial de por medio, del alto mando gubernamental las acusaciones repartiendo culpas no se hicieron esperar.
Nos informaron que un Chávez descompuesto quiso reclamar al Vicepresidente Ejecutivo Elías Jaua por no haberle dicho la realidad de las empresas básicas. Con respeto, el ex encapuchado de la UCV, le dijo que él si le había dicho en varias oportunidades la situación de Guayana, la de los contratos colectivos atrasados, lo de las prestaciones congeladas y otros temas aflorados ayer. “Mi Comandante Presidente la culpa de todo esto, y yo se le he informado a Usted en mis cuentas, la tiene el ministro Jorge Giordani por su afán de represar esos fondos”. De Giordani solo supimos de sus excusas en medio del habitual lagrimeo ante quien se considera su “hijo adoptivo” y quien lo trata de “maestro insigne”.
Hoy en El Correo del Caroní nuestro respetado colega comunicador Damián Prat, el periodista que más sabe de la verdadera situación de esas empresas del estado Bolívar, hace una reseña impactante por la claridad con que detalla esa realidad:
¡Guayana, harta, puso a pasar trabajo a Chávez!
DAMIAN PRAT. La cadena se cortó abruptamente. Ya no hubo forma de contener el reclamo aunque muchos -no todos- eran psuvistas militantes y otros simples simpatizantes. Los gritos contra los jerarcas designados por Chávez, la protesta por la anulación de los contratos colectivos, los “anuncios” de inversión que fueron una repetición de viejos “cuentos chinos”. Y, ciertamente, un corte de la electricidad y un daño generado en la planta portátil, no se sabe, si como producto del “bululú” cuando dos personas trataron de llegar al micrófono para hablar. Curioso, por cierto, que en medio de una Central Hidroeléctrica, la de Caruachi, para hacer un acto, sea necesaria una planta. Y no como la necesaria alternativa de emergencia, sino como la fuente única. ¿Sería una de esas plantas chimbas que nos revende Fidel?
Ojo. No pocos trabajadores gritando y pidiendo contratos colectivos, abandonaban el acto, mucho antes del “corte” de la cadena. Las cámaras evitaban enfocarlos. Maduro los regañaba a gritos. El personal de seguridad les advertía que “el que salga no entra de nuevo”. Demasiado tiempo aguantando y demasiados motivos de reclamo. Se hizo incontenible.
Lo cierto es que falló la pretensión que tuvieron Chávez y su comando de hacer un acto complaciente para enfriar la arr… colectiva. Lo montaron en Caruachi, a 30 kilómetros de todo. En la soledad. Zona de seguridad fuertemente controlada, para que solo llegaran los que el gobierno quería. Es muy hondo el disgusto como para manejarlo con un discursito falsamente “ideológico”. Aún los dirigentes sindicales oficialistas, muy presionados por sus bases que reclaman y por el liderazgo de la dirigencia sindical independiente y democrática que gana terreno, tuvieron que hablar “duro”.
La presión de la calle, las presión en las empresas, el descontento popular encontró reflejó en ese acto que Chávez esperaba sería controlado. Signo de los tiempos. Los gritos unánimes de los trabajadores de Tavsa desmintiendo todo lo que decía Chávez sobre la empresa, sobre la producción, sobre la absurda orden suya de colocarla bajo mando de Pdvsa, lo sacaron de quicio. Habla de “irreverencia” pero no soporta que le contradigan. Habla de “autocrítica revolucionaria” pero es pura “muela” porque él siempre culpa a terceros. Pero no perdamos de vista el fondo del asunto.
¿Qué fue lo que obligó a Chávez a hacer ese acto de anoche decidido el domingo a la carrera? Una suma de hechos recientes y otros no tan recientes. La tremenda derrota que los trabajadores de Ferrominera le propinaron al gobierno, fue una. Eso los estremeció. No hay encuestas chimbas que valgan ante un resultado así. Ya antes había sucedido en Carbonorca y antes en Alcasa. Incluso en Venalum y Bauxilum sus “triunfos” tuvieron sabor a derrota. El debilucho mitin del sábado en San Félix que le reafirmó a Chávez lo que ya le decían las encuestas que él sabe y no las que muestran en el canal 8, acerca de la pérdida de su antiguo poder de convocatoria. Sobre todo, comparado con el monstruoso acto popular con Capriles en Ciudad Bolívar una semana antes. Incluso el hecho que Capriles definiera claramente que su gobierno discutirá todos los contratos colectivos en el curso del primer año de su gobierno. Y que los planes de reconstrucción de las empresas se harán con gente de Guayana y en común acuerdo con los trabajadores. Eso lo descoloca.
Pero los hechos que generan éstas olas se acumulan por semanas y meses. La orden de Chávez de prohibir los contratos colectivos (cartas de Jaua e Iglesias) es grave. Todos los contratos están vencidos entre 2 y 5 años. La violación de todos los derechos laborales con enormes deudas. La pretensión del propio Chávez y de su gobierno de eliminar conquistas como los HCM, los subsidios escolares, los aportes de vivienda. Ofender a los trabajadores llamándolos “privilegiados que quiere vivir como los ricos” como ha hecho varias veces. O, como anoche, cuando los llamó “peseteros”. No es poca cosa.
Ese caos de anoche es la cosecha de la “obra” irresponsable de la “robo-lución”. La irresponsabilidad suprema con la que se han arruinado las empresas. Es cierto que no hacer despidos masivos calma un tanto las cosas, pero el déficit se cubre parcialmente cuando el gobierno mete la mano en el bolsillo del trabajador. Y el trabajador no es tonto: sabe que esa ruina es insostenible por demasiado tiempo. Y encima, Chávez, en lugar de asumir su responsabilidad, culpa a los trabajadores, como anoche lo hizo con Venalum. No admite que su nefasta orden de “bajar la cuchilla” y destruir 400 celdas fue tan grave como su posterior indiferencia y desidia en aportar recursos para reconstruir la producción. Todo eso y mas se ha acumulado. Ferrominera, el mitin monstruo de Capriles en Ciudad Bolívar, el mitin “escuálido” del chavismo en San Félix, la protesta de ayer. Todo eso es la punta del iceberg
Tips de la cadena:
TIP 1.- Excluyeron casi totalmente a trabajadores de Ferrominera, Venalum, Alcasa, Bauxilum, Carbonorca, Minerven. Edelca. Muy pocos oficialistas de esas factorías. Tampoco permitieron casi nada de presencia de gente de las briqueteras, las de refractarios o de las que protestan en Indorca y Equipetrol. Y Chávez los ignoró del todo. Ni una palabra sobre esas empresas, las inversiones o sus problemas laborales.
TIP 2: La “torta” que puso Gil Barrios, “presidente” de Sidor quien no tiene idea alguna de que cosa es la planta HyL3. Fue bochornoso. Pero salpicó a Chávez por designar a funcionarios ajemos a la industria. Y a Rangel Gómez que lo recomendó.
TIP 3: Los “anuncios” de inversiones. Solo para Sidor y para una fantasmal “Petro San Félix”, invento electorero que no interesaba a nadie allí. Nadie se lo cree. Peor que la Ciudad del Acero, etc. Mas aún las “inversiones” anunciadas para Sidor son las mismas cobas del “cuento chino del fondo chino” Barajita repetida que no resolverá nada. Cero anuncios para el resto. Grave.
TIP 4: El caso Tavsa brotó en toda su podredumbre. Chávez trató de reescribir la historia y tapar la verdad, pero no pudo. Esa empresa era productiva cuando la estatizaron. La cerraron por orden de Miraflores para favorecer un “negocio” anti nacional de importación de tubos desde China. Chávez quiso contarla al revés pero los gritos de los trabajadores que él decía “no escuchar por la mala acústica” pero que el resto del país escuchaba perfectamente, lo desmintieron.
TIP 5: La otra coba de la “nueva planta de tubos” hizo quedar en feo otra vez a Chávez que hablaba de “la estamos construyendo” cuando está paralizada y nunca ha avanzado en serio en cuatro años. El ministro Menéndez dio una “explicación” muy falla. Agarrados fuera de base ambos.
TIP 6: ¿Por qué esas protestas no ocurren en las empresas privadas?, preguntó Chávez sin darse cuenta que nombraba “la soga en la casa del ahorcado”. Porque las estatales son las que violan todos los derechos y todos los contratos sin que el trabajador tenga ministerio o fiscalía a las cuales acudir.
TIP 7: Confesión pitiyanqui. Cuando Chávez desglosó a “Petro San Félix”, el pueblo chavista descubrió que la socia de la revolución en esa zona de la Faja es nada menos que la imperialista Chevron, donde Bush es socio. Je je je. El imperio meeesmo.
TIP 8: Demasiado anti obrero. Chávez no puede ocultar su desprecio por las conquistas y derechos del trabajador. Dijo que pagó los intereses de prestaciones, pero que “es un préstamo que yo les hago”. ¿Préstamo? No, señor patrono. Las prestaciones son dinero del trabajador. No son un regalo del gobierno ni del patrono. Y los intereses se generan porque el patrono gobierno usa ese dinero que el trabajador le presta. Es al revés. Por eso tiene que pagarlo. Porque es dinero ajeno. No es ninguna “generosidad” suya. Habla y piensa como un oligarca.
TIP 9: Viviendas. La columna original estaba dedicada al feo acto de la tarde en “Terrazas del Aluminio”. Un engaño indignante. Esos apartamentos no los construyó ninguna “Misión Vivienda” sino que son el producto de seis años de esfuerzo de 400 trabajadores de Venalum asociados. Acosados por la necesidad de préstamos bancarios tuvieron que tragar que Chávez y Rangel los presentaran como “obra” del gobierno. Han luchado por eso porque por vez primera en 40 años ni la CVG ni las empresas construyen viviendas. “Logros” de la robo-lución.
Publicado por RunRunes
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