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miércoles, 8 de agosto de 2012

Esbirros al descubierto: "evaluaciones para determinar el aumento de salario tiene un acápite sobre el uso que el periodista le da a sus cuentas de Twitter y Facebook en función de los temas orientados desde el nivel partidista central"

Periodista desertor: Cambios en Cuba son como colorete para un Chevrolet 59



El periodista cubano Daniel Benítez
El periodista cubano Daniel Benítez



















Por Wilfredo Cancio Isla
El periodista cubano Daniel Benítez, recién llegado a Estados Unidos, se considera parte de una generación marcada por el escepticismo político y la búsqueda de sobrevivencia ante el incierto futuro de la isla.
“Pertenezco a la generación de la sobrevivencia, escéptica y desconfiada hacia todo lo que le huela a discurso político, que prefiere escapar antes que pensar en el destino del país”, manifestó Benítez, de 30 años. “La falta de comprometimiento social es un sentimiento cada vez más extendido entre los jóvenes cubanos de hoy”.
Benítez logró viajar a Cancún, México,  en un proyecto de intercambio cultural, el pasado 16 de julio, y una semana después buscó refugio en Estados Unidos, cruzando la frontera por la zona de Matamoros.  Es la historia que se repite de cubanos en fuga con la esperanza de labrarse una vida diferente, ajena a las penurias económicas y al cacofónico discurso oficial, arropado ahora en el lenguaje de los “cambios estructurales”.

Sin cambiar el motor

Pero Benítez no le da mucho crédito a las transformaciones socioeconómicas que impulsa Raúl Castro desde su llegada al poder en el 2006.
“Los cambios de Raúl Castro son como echarle colorete a la carrocería de un Chevrolet de 1959 que lo que necesita es un nuevo motor para andar”, consideró. “Todo se está cocinando en la misma salsa y las medidas son de contención momentánea, porque a la larga no se resuelve nada”.
Benítez opina que las llamadas reformas del sistema cubano no han hecho otra cosa que legalizar lo que funcionó ilegalmente en el país durante décadas.
“Las nuevas leyes para la compraventa de viviendas y carros no hicieron más que legalizar las operaciones que por años se efectuaron en el mercado clandestino”, explicó. “Los procesos que transcurrían en la Cuba clandestina se mantienen ahora bajo este nuevo aparataje de cambios”.
Agregó que hay una creciente inconformidad entre la población que se ha sumado al trabajo privado, pues muchos negocios están sometidos de antemano a altos impuestos sin siquiera comprobar que pueden sobrevivir.

Algo mal visto

Graduado de Periodismo por la Universidad de Oriente en el 2008, Benítez trabajó como reportero de la Agencia de Información Nacional (AIN) en Holguín y en la radio provincial, además de ejercer como profesor en la Facultad de Comunicación de Holguín.
Sus problemas comenzaron hace dos años, a raíz de iniciar relaciones con una cubanoamericana residente en Miami que lo visitó en Holguín.
“Trabajar en la prensa oficial y sostener relaciones con una cubana de Miami fue algo que fue mal visto y comenzó a despertar sospechas en las esferas de dirección”, relató.
Fue separado de la AIN y  tuvo que realizar varios trabajos como reportero freelance y productor de espectáculos hasta que consiguió salir con una invitación a México, luego de dos negativas para obtener el permiso de salida al exterior.
Benítez señaló que la llamada “política informativa” -aplicada bajo orientación directa del Departamento Ideológico del Partido Comunista- está en manos de personas que no solo desconocen las funciones del periodismo, sino que están al margen de las reales necesidades informativas de la población.

El silencio y el cólera

“El caso más reciente de los peligros de esta política errada es el manejo que se hizo del brote de cólera, que era un problema evidente y de dominio público en toda la zona oriental, pero los medios oficiales no respondieron hasta que ya la epidemia estaba extendida, habían muerto varias personas y la noticia comenzó a darse a través de reportes independientes de prensa”, manifestó el periodista.
Benítez contó además de la obsesión del aparato ideológico partidista en controlar la internet y utilizar las redes sociales en función de la propaganda oficial.
“Desde hace un tiempo las evaluaciones para determinar el aumento de salario tiene un acápite sobre el uso que el periodista le da a sus cuentas de Twitter y Facebook en función de los temas orientados desde el nivel partidista central, que son la campaña por los Cinco [espías condenados en EEUU], las transformaciones económicas, el apoyo a Venezuela y el impulso de la agricultura para sustituir importaciones”, recordó.
Según Benítez, la conexión ilimitada a internet y el permiso para mantener perfiles en las redes sociales se valora a partir de la cantidad de “tweeis” y posts que los periodistas realicen sobre los temas fundamentales de la agenda oficial.
“Eso explica que muchos periodistas que piensan diferente al discurso oficial o no tienen afinidad con ciertos temas orientados tengan que promoverlos en sus blogs y en sus cuentas de Twitter y Facebook para no perder el beneficio de acceso a la internet”, relató.

Publicado  por Café Fuerte

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