Simpatizantes castristas en estado de embriaguez agreden a opositora pacífica
La foto muestra la cerradura dañada. Foto: cortesía de Dayan Cayol Betancourt. |
(www.miscelaneasdecuba.net).- El militante del Partido Comunista Rogelio Pérez García, residente en el municipio camagüeyano Santa Cruz del Sur, en compañía de su primo Martín Pérez García, profirieron insultos y amenazas a mi esposa, la activista de Derechos Humanos Diana Elisa Betancourt García, en la noche del pasado sábado 14 de julio.
Estos señores en completo estado de embriaguez; conociendo de mi arresto en horas de la mañana de ese propio día, y aprovechando que la activista se encontraba sola con nuestro pequeño hijo Dainel González Betancourt; discapacitado físico motor, pasaron frente a nuestra vivienda y al ver a mi esposa parada en frente comenzaron a proferirle insultos y amenazas. “Martín”, uno de los provocadores, prosigue su camino en bicicleta, mientras que su primo “Rogelio”, la emprende a golpes contra mi cónyuge, quien afortunadamente logra escapar ilesa, refugiándose en nuestra vivienda.
Acto seguido, Rogelio Pérez García, la emprende a patadas con la puerta del inmueble rompiendo la cerradura de la misma, y cuando estaba por entrar, la rápida y solidaria acción de algunos vecinos que acudieron de inmediato a los gritos de auxilio de mi esposa, impidieron que este represor comunista penetrara al domicilio.
De inmediato, mi esposa acude ante las autoridades policiales y hace la denuncia del vandálico hecho, así como para demandar una compensación monetaria por el daño ocasionado a la cerradura, trámite que logra efectuar, luego de una intensa discusión con el jefe de la Seguridad del Estado en el municipio, el Tte. Coronel “Abel”,
quien le manifestó; como siempre, no tener nada que ver con el asunto.
La Seguridad del estado, conjuntamente con las instituciones comunistas al servicio de la tiranía castrocomunista, realiza reuniones en los “Comité de Defensa de la Revolución”, centros de trabajos y cuanto sitio les parece oportuno, para arengar a la violencia contra los defensores pacíficos de los Derechos Humanos; y aunque si bien en ocasiones no son ellos quienes ordenan y dirigen estos actos violentos, es como si lo hicieran, pues, ellos incitan a la violencia y es obvio que las personas que cometen estos hechos se sienten respaldadas por estas instituciones.
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