Páginas

miércoles, 22 de agosto de 2012

#HayUnCamino ¿Hacia un país llamado Cubazuela?



Muerte o Socialismo


 “…Cuba y Venezuela, pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas, una confederación; dos repúblicas en una, dos países en uno”, dijo el presidente Chávez, el 15 de octubre del 2007, al suscribir 14 convenios con el presidente de Cuba, Raúl Castro en La Habana. Lo real, es que los lazos entre el régimen de Chávez y Cuba se consolidan a todo nivel: la empresa estatal Telecom Venezuela y la compañía cubana Transbit con apoyo de China Popular, tenderán un cable submarino de fibra óptica de 1.552 kilómetros, a un costo de US$70 millones, que unirá La Guaira, en el norte de Venezuela y Siboney en la oriental provincia de Santiago de Cuba. No se descarta, que esta nueva infraestructura además de potenciar las comunicaciones por Internet de Cuba, se utilice para implementar un control de las comunicaciones nacionales e internacionales de los personajes e instituciones hostiles al régimen chavista, bajo asesoría de la curtida contrainteligencia cubana.                                       

Incluso ya habría un antecedente de un supuesto “espionaje político en legítima defensa”, que se guardó en reserva: el 22 de octubre de 2007, el diario El País de España, confirmó que durante una visita oficial a Venezuela el 30 de marzo del 2005 y horas antes de la reunión que el presidente español José Rodríguez Zapatero, mantuvo con líderes de los principales partidos de la oposición al mandatario Chávez, agentes de seguridad españoles descubrieron un micrófono oculto en la sala del Hotel Meliá Caracas, donde ocurriría el cónclave privado. Claro que todas las sospechas recayeron sobre la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) y la Dirección de Inteligencia Militar (Dim) de Venezuela, encargadas de brindar seguridad a la delegación española.
A propósito, se acentúa la capacitación de la Dirección de Inteligencia y la Dirección de Contrainteligencia de Cuba para robustecer a la Disip en operaciones psicológicas, tareas de contrainteligencia, así como en técnicas de “aseguramiento político” y “vigilancia revolucionaria”; junto al adiestramiento del personal de la Disip y de la Dim en Rusia (luego del viaje de Chávez a Moscú en junio del 2007). Existiendo indicios de que esta asesoría se realizará además en Irán, aprovechando el conocido potencial en inteligencia operativa externa de los servicios secretos iraníes; más aún, después del tercer viaje de Chávez a Teherán en julio del 2007 y la tercera visita (en septiembre del 2007) del mandatario iraní a Caracas; donde junto a Chávez ratificó numerosos convenios de cooperación bilateral, su alianza anti-estadounidense pro-islámica radical y el respaldo al programa nuclear iraní.



Chavez celebrando en Cuba


Los operadores de alto nivel

Arrecian las denuncias de grupos antagónicos del gobierno de Chávez, sobre la presunta existencia de unos 400 consejeros militares, políticos y de inteligencia cubanos en Venezuela, ocultos entre los casi 30.000 médicos, técnicos deportivos, agrícolas y maestros cubanos que llegaron al país para las denominadas “Misión Barrio Adentro”, “Misión Robinsón”, “Misión Miranda”, entre otras más; al igual que en los 355 proyectos conjuntos y una veintena de empresas mixtas cubano-venezolanas. Las misiones se ocupan de asistencia a suburbios pobres, con salud, educación, alfabetización, alimentación y adiestramiento militar popular, a cambio de unos 90 mil barriles diarios de petróleo que provee Venezuela a Cuba a precios subsidiados.
Según estas versiones, los “consejeros” estarían liderados desde Cuba por el Ministro del Interior Gral. Abelardo Colomé Ibarra (“Furry”) y en Venezuela por Germán Sánchez Otero, Embajador de Cuba en Caracas y ex-funcionario del “Departamento América del Comité Central”. A ellos se unieron, Julio Casas Regueiro, Carlos Fernández Gondín, Eduardo Delgado y el contralmirante Julio César Gandarilla - a cargo de los aparatos cubanos de inteligencia y seguridad de las fuerzas armadas y el Ministerio del Interior-, para desarrollar una poderosa red de inteligencia y contrainteligencia al servicio del régimen de Chávez.
Todo sugiere que en Venezuela la asesoría cubana ubicó, en paralelo con la inserción de “consejeros” en los aparatos de inteligencia militar venezolanos, una Unidad de Contrainteligencia Independiente (UCI), bajo el control del mando cubano; de esta manera, mientras la “asesoría” en inteligencia funcionaba con el mismo esquema usado por cualquier colaboración civil en los diversos organismos públicos venezolanos, esta UCI operaría como “Big Brother”, para mantener la vigilancia y control de los oficiales y funcionarios civiles venezolanos que representen un peligro potencial para el gobierno chavista.
En esa misma línea, esta organización facilita el establecimiento de una selecta red de colaboradores secretos, reclutar agentes, designar personas de confianza y definir elementos de interés operativo más allá de la fuerza armada, en las instituciones de gobierno y administración estatal, donde, por definición funcional, no llegan los organismos como la Disip y la Dim. Esta sofisticada estructura de seguridad e inteligencia tiene una mayor justificación para el régimen de Chávez, luego que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de EE.UU. creara el cargo de administrador de Cuba y Venezuela, para intensificar la producción de inteligencia y realizar “operaciones especiales” sobre ambos países, al considerar que la estrecha relación entre Cuba y Venezuela “plantea problemas de seguridad en el Hemisferio Occidental y serios desafíos para la política exterior estadounidense”.
Otros altos operadores cubanos en Venezuela son: Marta Lomas Morales, Ministra para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, el cerebro operativo de la relación Cuba-Venezuela y la articulación de la ALBA; Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, participante en todos los foros y reuniones que organiza Venezuela sobre socialismo, ALBA y relaciones Cuba-Venezuela.
A la vez, varios analistas aseguran que con la supervisión de la Embajada de Cuba en Caracas, trabaja un equipo de expertos en estrategia y movilización política, además de operaciones psicológicas y adoctrinamiento ideológico, destinado al reforzamiento nacional e internacional de la administración Chávez, dirigido por el sociólogo cubano Felipe Gil Chamizo, que ha figurado como Consejero Político de la Embajada de Cuba en Caracas, y es uno de los más importantes analistas del “Departamento de América del Comité Central” y de los servicios secretos de Cuba, muy vinculado a la izquierda radical latinoamericana, las organizaciones del Foro de Sao Paulo y el Foro Social Mundial.



Publicado por Última Palabra

No hay comentarios:

Publicar un comentario